El acoso laboral es una forma de violencia psicológica persistente en el ámbito del trabajo. Se manifiesta a través de conductas hostiles, humillaciones, aislamiento o maltrato sistemático, que afectan la dignidad, la salud emocional y el rendimiento de quien lo padece. Aunque no existe una ley nacional específica, en Argentina este tipo de violencia se aborda desde la normativa laboral, civil y de salud.
¿Qué se entiende por hostigamiento en el trabajo?
El acoso en el entorno laboral, también conocido como mobbing, ocurre cuando una persona —generalmente un superior jerárquico o incluso un compañero— desarrolla una conducta repetitiva y abusiva hacia otra, con el objetivo (o consecuencia) de degradar su situación en el trabajo.
El hostigamiento puede expresarse de muchas maneras:
- Gritos, insultos o burlas constantes
- Críticas excesivas e injustificadas
- Aislamiento del equipo o exclusión deliberada
- Asignación de tareas humillantes o imposibles de cumplir
- Amenazas encubiertas sobre la continuidad del empleo
Estas situaciones, sostenidas en el tiempo, generan un entorno laboral tóxico y pueden derivar en cuadros de estrés, ansiedad, depresión e incluso licencias prolongadas por salud.
Diferencia entre maltrato, conflicto y acoso
No todo conflicto laboral es acoso. Es fundamental diferenciar una discusión puntual o un mal día de un patrón sistemático de maltrato. Esta tabla ayuda a visualizarlo:
Situación | Características |
---|---|
Conflicto laboral | Puntual, puede darse entre pares, con posibilidad de diálogo |
Maltrato ocasional | Aislado, sin intención de daño sistemático |
Acoso laboral (mobbing) | Repetido, dirigido a una persona, con impacto emocional negativo |
Para que se considere acoso, debe haber reiteración en el tiempo, intencionalidad y desequilibrio de poder, real o simbólico.
Consecuencias legales del acoso laboral
Aunque Argentina no tiene aún una ley nacional específica sobre acoso laboral, existen herramientas jurídicas para proteger a las víctimas. Dependiendo del caso, puede encuadrarse como:
- Violación del deber de protección (art. 75 de la LCT)
- Daño moral o psicológico (Código Civil y Comercial)
- Violencia laboral (Ley 26.485 en el ámbito público)
- Discriminación laboral (Ley 23.592)
La jurisprudencia laboral ha avanzado reconociendo indemnizaciones por daño psíquico, hostigamiento moral y ambiente laboral hostil, incluso habilitando al trabajador a considerarse despedido con causa cuando el acoso es grave y sostenido.
Cómo probar el acoso en un juicio laboral
Uno de los mayores desafíos es la prueba del acoso. Como muchas de estas situaciones se dan en privado, es clave reunir toda la documentación posible:
- Correos electrónicos, mensajes, audios o capturas de pantalla
- Testigos del entorno laboral (compañeros, supervisores)
- Certificados médicos que acrediten estrés o daño emocional
- Denuncias internas ante recursos humanos o gremios
La acumulación de indicios puede formar un cuadro probatorio sólido, que permita al juez inferir la existencia de maltrato.
Obligaciones del empleador frente a estas situaciones
El empleador tiene la obligación legal de garantizar un ambiente laboral sano y libre de violencia. Si no actúa ante una denuncia de acoso, puede considerarse que incurre en incumplimiento grave del contrato.
Está obligado a:
- Investigar internamente cualquier denuncia con celeridad
- Separar preventivamente a las partes si es necesario
- Implementar protocolos de prevención y resolución
- Capacitar al personal en derechos laborales y violencia laboral
En caso contrario, el empleador responde solidariamente por los daños ocasionados, incluso si no fue el autor directo del acoso.
Acoso sexual en el trabajo: ¿es lo mismo?
El acoso sexual es una forma específica de acoso laboral, con contenido o connotación sexual no deseada. Puede incluir:
- Comentarios obscenos o insinuaciones
- Contacto físico no consentido
- Propuestas sexuales a cambio de beneficios laborales
- Difusión de imágenes íntimas sin consentimiento
En estos casos, además de la vía laboral, se habilita la denuncia penal por violencia de género, abuso o acoso según el caso. Las empresas están obligadas a prevenir estas conductas mediante protocolos y capacitaciones.
¿Qué hacer si sufrís acoso en tu trabajo?
Si estás viviendo una situación de acoso laboral, los pasos clave son:
- Documentar todo: guardá mensajes, correos, notas o audios
- Solicitá intervención: podés recurrir a recursos humanos o a tu delegado gremial
- Hacé una denuncia formal: en el Ministerio de Trabajo o en organismos provinciales
- Consultá a un abogado/a laboralista: para evaluar una eventual demanda o retiro indirecto
- Cuidá tu salud: la atención psicológica o psiquiátrica es una parte esencial de la respuesta
Recordá: el silencio del empleador no te obliga a soportar la violencia.
Violencia laboral no es parte del trabajo
El acoso laboral no es una “mala onda” ni una forma de presión aceptable: es una violación a la dignidad del trabajador. Ya sea que provenga de un jefe, un compañero o incluso de la cultura interna de la empresa, esta conducta tiene consecuencias legales y personales graves. Denunciar no es exagerar, es ejercer un derecho. Trabajar no puede implicar resignar el respeto por uno mismo.